La década de los 90 siempre será recordada por la buena calidad musical que se hacía en esta parte del continente. Las estrellas del momento consolidaban su camino y las leyendas de antaño cerraban ciclos, trayendo así una mezcla de sensaciones indescriptibles a la audiencia. Casualmente, esa época concordó con la creación de una serie de conciertos que causó furor en las personas: los MTV Unplugged.
La finalidad de dicho show -ideado por Bob Small y Jim Burns- era la de presentar a los artistas de forma más íntima para que tocaran sus canciones de manera acústica y con grandes arreglos musicales; esto, por supuesto, en exclusividad para el canal de televisión MTV. De hecho, podría decirse que estas presentaciones terminaban convirtiéndose en un homenaje a los fanáticos, además de ser como un vehículo consagratorio para los cantantes y bandas del momento.
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